Cada producto farmacéutico tiene la obligación de llevar un identificador y una serialización únicos, lo que facilita un seguimiento y una localización precisos. Esta huella digital garantiza la autenticidad y el origen de los productos farmacéuticos durante todo su ciclo de vida.

Las empresas están obligadas a presentar datos detallados en las distintas etapas de la cadena de suministro, que abarcan la producción, la distribución y las ventas. Este enfoque centrado en los datos permite a las autoridades reguladoras monitorear el movimiento farmacéutico de manera efectiva y responder con prontitud ante cualquier irregularidad.

Se aplica una estricta supervisión del cumplimiento, que incluye inspecciones y auditorías periódicas, para evaluar y garantizar el cumplimiento de las normas de trazabilidad. El incumplimiento puede tener consecuencias graves, lo que pone de relieve la importancia de adoptar medidas de cumplimiento proactivas.

En consonancia con las normas internacionales, los requisitos de trazabilidad de China promueven la interoperabilidad y facilitan un comercio mundial ininterrumpido de productos farmacéuticos.